Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

jueves, 14 de agosto de 2014

El Patrimonio industrial petrolero venezolano

Hoy tengo el placer de poneros este interesante y exhaustivo artículo sobre el patrimonio industrial petrolero venezolano realizado por Lucia Sánchez Figueroa, quien ha sido tan amable de facilitarme el texto y las imágenes para que podáis leerlo desde mi blog.


EL PATRIMONIO INDUSTRIAL PETROLERO VENEZOLANO

Autora
Arq. MSc. Lucía Sánchez Figueroa
Université Paris 1 Panthéon Sorbonne / PDVSA IyC

No podemos abordar la cuestión del patrimonio industrial petrolero venezolano sin ubicar al petróleo en el marco de la historia de la técnica. El petróleo se sitúa, a partir de 1860,  como  el elemento central del sistema técnico (1) de la segunda industrialización, es decir, el sistema petróleo / electricidad / aleación.

De manera general, la energía ha representado para todas las sociedades, un instrumento indispensable para moldear los elementos de su subsistencia. Es ella, con su desarrollo tecnológico, la que determina y garantiza los modelos de civilización. Por lo que se puede afirmar que el progreso o el retroceso de una nación, sus máquinas de defensa y la calidad de vida de la población, están intrínsicamente ligados al aprovechamiento de sus recursos. Es su potencial y su disponibilidad quienes condicionan el grado de utilización.

La Primera  y la Segunda Guerra Mundial proclamaron al petróleo como la componente esencial de la industria y el transporte del siglo XX.  “El esfuerzo en el desarrollo científico-tecnológico para la exploración y cuantificación de las reservas de petróleo pero, sobre todo, para su extracción, transporte y procesamiento, procesos estos, de base fundamentalmente técnica, fueron claves para el control estratégico ejercido política y militarmente por Estados Unidos y Gran Bretaña”(2).

 En el caso de  los países latinoamericanos con reservas significativas, entre ellos México y Venezuela,  la irrupción del petróleo en la primera mitad del siglo XX, tendrá consecuencias evidentes, tanto en los procesos sociales (economía, política, cultura e ideología) como en la organización territorial de los espacios productivos y en la urbanización.

(1). Desarrollado por Bertrand Gille y actualizado por par Anne-Françoise Garçon.
(2). Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975: Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo Nuestro y Ajeno.  Venezuela: UCV. Pp. 113.


Del paisaje rural al paisaje industrial
Desde el nacimiento de la República hasta finales del siglo XIX, el café representó para Venezuela el principal producto de exportación; durante dicho período la economía venezolana estaba sujeta a los cambios que experimentaba el precio de dicho rubro en los mercados internacionales, hasta 1914, un mes después de haberse iniciado la primera Guerra Mundial,  cuando la Caribbean Petroleum Company (Shell) inició la explotación intensiva del petróleo.  A partir de ese momento, Venezuela se convirtió en el foco de las inversiones internacionales tanto por sus considerables reservas de crudo como por la instrumentación de la llamada “política petrolera más liberal de toda América latina”(3).

Sin embargo, la actividad petrolera no estaba constituida únicamente por el intercambio económico. Ella representó un cambio abrupto de complejo técnico, social y territorial. La experiencia de los poblados industriales petroleros reconfiguró las identidades regionales, introdujo nuevos modos de vida (reformulación de los espacios públicos y privados, cambios en la noción del tiempo, etc.).

Los ingresos fiscales petroleros, de 1917 en adelante, según lo describe la Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas, estuvieron destinados a la construcción de carreteras llamadas “carreteras petroleras”, ya que la comunicación del territorio era obligatoria para la exploración, perforación y producción de los yacimientos petroleros de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, pues, además de la necesidad de transportar personal y equipos, era necesario transportar el petróleo y el gas producidos, por lo que además de carreteras se construyeron, puentes, puertos, aeropuertos, terminales de ferrocarriles, oleoductos, entre otros. Igualmente era necesario alojar al personal técnico y obrero en zonas deshabitadas, lo que implicó la construcción de campamentos y otras facilidades. 

Población de Lagunillas, 1928 (Fuente: Branch, E, 2007)

Así,  en el sur del lago, en las afueras de la ciudad, las empresas petroleras concesionarias, europeas y norteamericanas establecieron las oficinas y residencias (poblados industriales), donde el personal directivo  residía separado por un muro del personal obrero con sus familiares. Cada sector poseía una escuela, iglesia, proveeduría, entre otros.

Las diferencias entre el área de un personal técnico y el obrero era muy marcada y a partir de 1928, surgen múltiples denuncias ante el presidente de Venezuela, Juan V. Gómez, explicando las profundas contradicciones de las condiciones de vida en los campos petroleros entre los trabajadores extranjeros y los nacionales (los obreros), así como infracciones y abusos contra las familias pobres que rodean los campos, por lo que se volvió frecuente la contaminación de las aguas del lago y los incendios.
 
Población de Lagunillas 1928 (Fuente: Sleightholm, S, 1960)
(3) Sullivan. W. (1992) “Situación económica y política durante el período de Juan Vicente Gómez”. Política y Economía en Venezuela 1810-1991. Caracas: Fundación Boulton. Pp. 158


Los campamentos: Poblados industriales petroleros

Al estabilizarse la actividad petrolera, los asentamientos que inicialmente crecieron de manera violenta y estaban conformados por viviendas inestables y poco salubres, se convirtieron en pequeños centros con servicios de ciudad subsidiados todo por cuenta de la empresa. Dichos poblados estaban constituidas por: residencias de obreros, residencias de técnicos y residencias de solteros, con sus correspondientes servicios asistenciales, educativos, religiosos y recreativos, oficinas, talleres, depósitos e instalaciones auxiliares, proveedurías, restaurantes y clubes, etc. 

Economato, campo e iglesia de campamentos de la empresa Creole 1940 (Fuente: Tnkier, 2006)

Sin embargo, solo cambiaron formalmente, porque desde el punto de vista humano ha quedado comprobado como a  nivel mundial, dentro de los fenómenos de expansión de la industrialización, como los poblados industriales aprovecharon su ubicación en las afueras de las ciudades para utilización de las energías naturales, de la mano de obra, y  desde el punto de vista ideológico y territorial impulsando la moralidad, el individualismo, la religión y la obediencia al patrón en un ambiente más controlado que en la ciudad, pues estando en las afueras era mucho más fácil tener el dominio de cualquier tipo de actividad fuera de la norma, como las revueltas sindicales. Partiendo de esta perspectiva, “la vida en los campos implicaba una rutina diaria que incorporaba a los obreros y sus familias en actividades deportivas, diversas funciones sociales, clases nocturnas de adiestramiento, sanidad, y hasta la instrucción religiosa, en muchos casos subsidiada por la empresa, ya que párroco solía recibir una contribución monetaria de la empresa” (4).


Los campamentos petroleros pasaron a ser el elemento clave de la historia del petróleo en Venezuela y uno de los temas centrales de la crítica social a la industria petrolera, a partir de 1920. “Desde el inicio eran núcleos residenciales aislados donde la cerca era, al mismo tiempo el símbolo y la barrera que separaba las distintas zonas del campamento, según la categoría de los trabajadores (directivos, técnicos y obreros), y al propio campamento con el exterior” (5).

 El concepto de comunidad cerrada permaneció sin variación hasta 1937, primero por el decreto presidencial y segundo porque a partir de 1938, con la nacionalización del petróleo mexicano, Venezuela se convirtió en el único país de América Latina que permitía la explotación petrolera por empresas extranjeras. Por lo que a partir de esa fecha, las empresas realizaron un programa de relaciones públicas dirigido a los obreros y empleados, en el caso de la empresa Creole Petroleum Corporation se llamó El Farol y Nosotros.

Control de acceso, cerca electrificada, entrada de un campamento (Fuente: Valery, 1980)

Aunado a esto,  empezaron a tomar en cuenta ideas que a nivel mundial se estaban manejando desde principios del siglo XX para reconciliar las ventajas del campo y de la ciudad asociados a las condiciones de la vivienda obrera de las ciudades industriales, la falta de higiene y salubridad.  Ideas con gran repercusión en el urbanismo de esa época como la de E. Howard de 1902 en su libro, Garden Cities of Tomorrow, propuesta surgida en el contexto de las preocupaciones de los pre-urbanistas ingleses de final del XIX. A partir de los seguidores de Howard y del Movimiento de Ciudades Jardín, la forma de urbanización suburbana residencial de baja densidad, donde el trabajo y la residencia seguían estando vinculados, es lo que más se propagó de las ideas de época y la que fue adoptada por las empresas trasnacionales en Venezuela, aunque se realizaron muy pocas bajo este esquema por el mantenimiento que requerían, pues además  de los usos acostumbrados en las colonias industriales proponían:


 […] parques, escuelas, un salón público para conferencias, conciertos, distracciones, reuniones sociales y públicas, una escuela para educación elemental y técnica, biblioteca pública, museo, galería de arte, club social para hombres y mujeres y cafetería, pero no taberna, debían formar los entornos edificados alternativos a los existentes en las ciudades. Dispensario, sanatorio, casa de convalecencia, almacén cooperativo, baños públicos, para hacer más conveniente y útil el lugar, la vivienda debía tener saneamiento y desagües, ventilación, luz y confort doméstico. Alrededor del pueblo industrial debía preservarse un cinturón de terreno para huertos, juegos, deportes y recreación en general. Una pequeña porción de huerto debía reservarse para cada vivienda, etc.(6).

Esquema Ciudad Jardín (Fuente: Howard, 1902)
De esta manera surgieron ciudades comunidades abiertas, más o menos integradas, como Ciudad Ojeda en 1939 y  otras de menor escala.

Más allá de todos los problemas de salubridad de los campos en sus inicios y las profundas contradicciones por las que aún son criticados, no se puede negar que uno de los entornos más destacados que ha producido la industrialización ha sido el de los campos petroleros, las refinerías, oleoductos, muelles, talleres, plantas separadoras de gas, residencias y demás instalaciones de servicios. “En Venezuela, esos paisajes aparecían magnificados por su localización y extensión. Por ejemplo, había cerca de 2.000 pozos en el Lago de Maracaibo cuyas torres, geométricamente dispuestas y repetidas, se extendían más allá del horizonte” (7), generando lo que ha sido considerado Taylor y Lindeman como una de “las vistas más imponentes del mundo industrial”.

Campamento Tia Juana, Edo, Zulia 1945 (Fuente Sleightholm, S, 1960)

La ejecución de proyectos como Ciudad Ojeda, dio paso a otras ciudades abiertas planificadas de menor escala que surgieron como parte del Proyecto Urbano del Centro de Refinación de Paraguaná, actualmente la segunda refinería más grande del mundo y está constituido, desde la unificación de sus actividades en 1997, por tres significativas refinerías: Amuay (1950, Creole), Cardón (1949, Royal Dutch Shell) y Bajo Grande (1956, Richmond, actual Chrevron) (8), encontrándose esta última en el Edo. Zulia.

Ciudad Ojeda (Fuente: www.guiaempresarial.org)
 Las ciudades construidas como parte del complejo de la refinería son Judibana (antiguo Campo Creole), proyectada por la firma de arquitectura Skidmore, Owings & Merril y Cardón (antiguo Campo Shell), dichas comunidades abiertas, asociadas para esa época únicamente con los desarrollos petroleros, en materia de trama urbana, era un diseño novedoso:

[…] bajas densidades, viviendas aisladas en medio de jardines abiertos, corredores de servicios al centro de las manzanas a través de los cuales se reducía de manera importante los costos de infraestructura (los corredores de servicio constituyen un aspecto clave en los proyectos de integración, por cuanto suponen mantener la condición de libre acceso a los mismos), amplios espacios de parques y un trazado orgánico, de vialidades sinuosas, que contrastan con el urbanismo ortogonal tradicional de país en términos de su geometría y con los desarrollos informales que les rodean, en términos de su regularidad (9).

Sin embargo, las diferencias no eran solo hacia el exterior, en el interior de las ciudades, como ha quedado constatado mundialmente, el diseño responde a una jerarquía. La urbanización se va volviendo más densa en sentido norte-sur, ya que en el extremo norte se encuentra la casa del presidente de la refinería, luego la franja perteneciente a las viviendas del personal extranjero, seguida por la franja del personal obrero y así sucesivamente según el escalafón e intercalados entre ellos, se ubican los diferentes usos recreativos y culturales.  Un ejemplo es el caso de la comunidad Cardón (campo Shell)

Ciudad Cardón Jerarquías. Fuente: PDVSA
Luego de la nacionalización de la industria petrolera venezolana, en 1976, el campo Shell pasó a ser campo Maraven, el campo Creole Campo Lagoven, y en vez de dividirse en personal técnico extranjero y personal nacional obrero, se dividió en la nómina mayor y nómina menor. Aunado a esto,  se llevó a cabo la "integración de los campos petroleros" que consistió, según el artículo 117 del contrato colectivo vigente en ese momento, en integrar los poblados petroleros a las comunidades vecinas para que estas pudiesen tener acceso a los servicios, equipamientos urbanos y viviendas. Esta transición fue llevada a cabo en coordinación con las municipalidades respectivas. Con el pasar de los años, la mayoría de las edificaciones municipales, salvo unos casos excepcionales, se encuentran en un estado considerable de deterioro.

Lo que para muchos ha representado un peso administrativo, para el país, son es rico patrimonio, testimonio de la evolución de la Venezuela industrial. Por lo tanto, es necesario ver el patrimonio más allá de de las edificaciones del período colonial para comenzar a considerar los paisajes industriales constitutivos de nuestra realidad. El patrimonio industrial, de ser estudiado, es probablemente el de mayor potencial en el país por su escala, cantidad, proximidad, tecnología y carga histórica, por el contrario, de seguir siendo ignorado, considerado solo desde el punto de vista económico o abordado sin la rigurosidad que exige el patrimonio industrial, corre el riesgo de desaparecer. Por lo tanto, podemos considerarlo un patrimonio en peligro.

(4) Tinker Salas, M. 2006. Cultura, Poder y Petróleo. Cuaderno de Sociología de Venezuela, Vol. 15 Nos. 1 y 2. Venezuela: Espacio Abierto. Pp. 349.
(5) Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975: Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo Nuestro y Ajeno.  Venezuela: Universidad Central de Venezuela. Pp. 140.
(6) Howard, E. 1902. Garden Cities of Tomorrow. Inglaterra: Swan Sonneschein.
(7) González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela (1940-1975). Zulia: Redalyc. Pp. 5.
(8) Creole Petroleum Corporation.1960. Tamare y Judibana: Dos pueblos Nuevos. Caracas: C. P. C.
(9) González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela (1940-1975). Zulia: Redalyc. Pp. 10.


Paisajes del petróleo y patrimonio industrial venezolano
La industrialización en Venezuela es sinónimo de petróleo. Él es el motor de nuestra economía desde hace más de 100 años. A diferencia de la mayoría de los casos y reflexiones hechas a nivel mundial con respecto al tema de patrimonio industrial, en Venezuela, dicho patrimonio está aún en actividad.

Esta condición supone una ventaja, ya que permite prever una solución, una posibilidad, antes de cualquier fase de desindustrialización como ha sucedido en otros países, minimizando así la etapa traumática que históricamente viene asociada a este fenómeno.

En Venezuela existen más de 30 company towns ligados aún a la actividad petrolera, los cuales tienen entre cincuenta y noventa años de antigüedad. Sin contar los de nueva data que aún se siguen construyendo. Sin embargo, la noción de patrimonio industrial no ha sido todavía desarrollada en Venezuela. El estudio del patrimonio sigue enfocado en las construcciones del período colonial o en el patrimonio moderno de estilo internacional.

Podemos afirmar, luego de tres años trabajando en el patrimonio industrial petrolero y en la  historia de la técnica del petróleo en Venezuela, que es ella quien le otorga esa visión integral gracias a su enfoque cultural, fusionando así todos los aspectos que hasta el momento han sido analizados por separados al abordar el patrimonio industrial (lo económico, lo social, lo arquitectónico, entre otros).

En ese  necesario camino de sensibilización, sobretodo de la industria petrolera, acerca de lo que también es nuestro patrimonio, se han dado pequeños avances. Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA) recuperó y convirtió la casa que ocupaba desde mediados del siglo XX hasta el paro petrolero en 2003 del jefe de la refinería en un centro cultural de PDVSA abierto al público y único en la zona. Si bien es un aporte, es mucho el camino que queda por recorrer, pues aunque el reciclaje de edificios es una manera de preservar las estructuras que tienen un carácter patrimonial, en este caso, se hizo caso omiso a su naturaleza industrial borrando así toda huella de su pasado.

Comunidad Cardón (Fuente: Valery, 1980)

Esa falta de previsión con respecto al patrimonio industrial no significa una falta de voluntad de por parte de la industria petrolera. Las actividades que realizan como las visitas a las instalaciones industriales, las exposiciones anuales de la historia del petróleo en Venezuela, la recuperación ciertas edificaciones vinculadas al patrimonio industrial para convertirlas en centros culturales, entre otros, demuestran una preocupación intuitiva de la empresa por difundir su patrimonio. Dicha falta de previsión es consecuencia de que la empresa cuenta con arquitectos, ingenieros, arqueólogos, etc., pero ninguno formado en el área de patrimonio industrial. Esta omisión también está presente en las universidades, el instituto de patrimonio cultural, entre otros. Por lo tanto, hasta el momento, como ha sucedido en otras partes del mundo, la intervención del patrimonio industrial ha sido exclusivamente desde el punto de vista arquitectónico.

Gracias a los intercambios académicos y profesionales con otros países, actualmente Venezuela, y la industria petrolera, cuenta con una persona formada en el campo de patrimonio industrial, quien con un grupo de profesionales e investigadores vinculados con este campo, todos con una amplia trayectoria en la conservación del patrimonio cultural, se encuentran actualmente trabajando en la creación del TICCIH Venezuela.

 Sería interesante, y desde mi punto de vista es el camino a seguir, replicar y apoyar esa iniciativa para propiciar: la sensibilización de los empleados hacia el patrimonio industrial, la interacción empresa-universidad y la inclusión de la comunidad. Actualmente, PDVSA IyC es la única que ha incluido en el plan de formación de sus empleados, un curso introductoria sobre la importancia del patrimonio industrial petrolero venezolano.

Conservar la memoria histórica, a través de su patrimonio, es alimentar la identidad de un país que no quiere ver anulado su rol dentro del panorama nacional e internacional. En consecuencia, es necesario, luego de unir esfuerzos e incluir el patrimonio industrial en los planes de estudio de las universidades y empresas, tomar como punto de partida el análisis de la historia de la técnica, seguido de la elaboración del inventario del patrimonio industrial petrolero a nivel nacional, para finalmente “definir con claridad los objetivos básicos de la intervención, siendo el más importante el de integrar, dentro de un estricto respeto a las características de un territorio, preservación, educación, esparcimiento, entre otros”(10) y así orientar nuestros esfuerzos en colocar el paisaje no como el consecuencia de la acción de una cultura, sino como nuestra realidad, identidad y memoria en continua evolución.
(10) SABATÉ, J. 2004. “De la Preservación del Patrimonio a la Ordenación del Paisaje”. Urbano. Chile: Universidad del Biobío. Pp. 43.


Bibliografía
Bergeron, L. y Dorel – Ferrer, G. 1996. Le Patrimoine Industriel. Un nouveau territoire. Paris, France.

Dorel – Ferrer, G. 1992. Les colonies industrials a Catalunya. El cas de la colonia Sedó. École des Hautes Études en Sciences Sociales. Paris, France.

González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela (1940-1975). Zulia: Redalyc.
       
Howard, E. 1902. Garden Cities of Tomorrow. Inglaterra: Swan Sonneschein.

Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975: Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo Nuestro y Ajeno.  Venezuela: Universidad Central de Venezuela.

Sabaté, J. 2004. “De la Preservación del Patrimonio a la Ordenación del Paisaje”. Urbano. Chile: Universidad del Biobío.

Sabaté, J. 2005. Identidades, Territorio, Cultura, Patrimonio. España.

Sabaté, J. 2004. El Eje Patrimonial del Llobregat: Colonia, Séquia y Delta. España: Diputación de Barcelona.

Sullivan. W. 1992. “Situación económica y política durante el período de Juan Vicente Gómez”. Política y Economía en Venezuela 1810-1991. Caracas: Fundación Boulton.

Taylor, W. y Lindeman, J. 1955. Venezuela Sows its Petroleum. Estados Unidos: National Planning Association.

Tinker Salas, M. 2006. “Cultura, Poder y Petróleo”. Cuaderno de Sociología de Venezuela, Vol. 15 Nos. 1 y 2. Venezuela: Espacio Abierto.

Valery, R. 1980. Las Comunidades Petroleras. Caracas: Cuadernos Lagoven.

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